A grandes rasgos somos un refugio de animales que hace más de 15 años trabaja por el bienestar animal, pero la realidad es que somos mucho más. Somos una organización con una misión: proteger a aquellos que no tienen voz; darles la oportunidad de conocer lo que es el calor y el amor de un hogar a todos a los que alguna vez les dieron la espalda. Cada perro que llega a nosotros trae consigo una historia, muchas veces marcada por el abandono o el dolor. Es nuestro objetivo crear un nuevo capitulo en sus vidas, en una familia con mucho cariño, y juguetes en lo posible. En el refugio logramos entablar relaciones con cada uno de nuestros perros; los vemos crecer, sanar, conocemos sus mañas, sus gracias… sabemos quienes nos esperan siempre en la entrada, y quienes prefieren quedarse tomando solcito. A PGA lo construyen las voluntarias, Beatriz Mato (la directora), los empleados que se encargan todos los días de alimentarlos, limpiar sus espacios, curarlos, entre muchísimas otras cosas, y la gente que colabora mediante donaciones, apadrinamientos, voluntariado, y muchas formas mas.